8. Esfuerzos necesarios

Itoi:

Siempre has dicho que no hay que hacer esfuerzos innecesarios.

Miyamoto:

Sí. Hay que hacer esfuerzos, pero no esfuerzos innecesarios.

Itoi:

Cierto. Porque muchas veces, cuando ves a los jóvenes trabajando intensamente piensas: “¿Es este realmente el lugar y el momento para tanto esfuerzo?”.

Miyamoto:

Exacto.

Itoi:

O por decirlo de otro modo, creo que hay veces en que trabajas duro en algo que en general no se considera especialmente difícil. Y al revés: seguro que a veces, sin darte cuenta siquiera, haces cosas que para alguien como yo resultarían difíciles.

Miyamoto:

Puede ser, sí.

Itoi:

Pondré un ejemplo: yo, cuando estoy viendo una película mala, en realidad estoy trabajando intensamente. Cuando intento ponerle a una película la etiqueta de “mala”, ¡me concentro como nunca!

Miyamoto:

(Risas)

Itoi:

De verdad. La cabeza me va a mil quinientos: “Igual puede salvarse gracias a este detalle... no, no, esto otro está fatal. ¡Anda! Ese encuadre no era tan pésimo... Pero no, sencillamente no acaba de cuajar. Y el actor no se ha metido en su personaje. Hala, y ahora se preocupan solo de los patrocinadores...”. Vamos, que cuando estoy viendo la televisión y murmurando para mí, me pongo más serio que en cualquier reunión de trabajo.

Iwata Asks
Miyamoto:

(Risas) Yo estos años me he aficionado a las series matutinas de la NHK… (Cadena de televisión japonesa)

Itoi:

He oído que la serie Ge Ge Ge no Nyobo es muy buena.

Miyamoto:

Sí. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una creación del equipo de producción de Kanto.

Itoi:

Ya me parecía.

Miyamoto:

Seguí otras series durante mucho tiempo, pero también yo me pasaba el rato ahí sentado pensando que todo estaba mal.

Itoi:

¡Exacto! (Risas)

Miyamoto:

Sí, sí. (Risas)

Itoi:

Señoras y señores, ¡hemos hecho otro descubrimiento!

Miyamoto:

¡Sí! (Risas)

Itoi:

Hasta hoy, nunca había conseguido explicar bien esto a los empleados de mi compañía, pero hoy por fin sí. Para cuando llega el momento de producir algo, ya es tarde para trabajar duro. Si no trabajas antes de ese momento, no conseguirás nada bueno.

Miyamoto:

Entiendo.

Itoi:

Si no comes bien, tus intestinos no funcionarán bien.

Miyamoto:

(Risas)

Itoi:

Así que cuando veo una buena serie, como Moteki, más que verla, la observo intensamente. Le dedico toda mi concentración. Y cuando veo algo que no es tan bueno, me quedo pensando “¡Casi!”.

Miyamoto:

Te lo tomas muy en serio.

Itoi:

Pues sí. Pero toma como ejemplo a mi perro. No sé cómo explicarlo bien pero cuando me quedo mirando a mi perro, tengo siempre esa emoción del descubrimiento, como la de un universitario que ve por primera vez una película de Jean-Luc Godard. Pero la verdad, no creo que haya mucha gente así, con la capacidad de desconectar y abrir la mente cuando hay tanto por descubrir.

Miyamoto:

Creo que el equipo de producción de Kansai de la serie matutina es magnífico por la forma en la que dirigen los rodajes.

Itoi:

¿Sí?

Miyamoto:

La realidad creada por una serie cambia drásticamente en función del director, de si entiende el objetivo de la serie. No es la estructura de la puesta en escena lo importante. No sirve de nada si no hay una dirección sólida en el rodaje. Eliminar los puntos en los que algo no acaba de encajar es nuestro trabajo. En eso suelo pensar cuando veo la televisión.

Itoi:

Sí, yo también. Constantemente. Como qué haría si estuviera yo al cargo. Aunque no lo esté. Es lo que Iwata llama “el sentido de propiedad.”

Miyamoto:

Exacto. Vemos la televisión con ese sentido de propiedad. Es el mismo que sentimos cuando vamos al teatro o a algún otro espectáculo.

Itoi:

Así que las preocupaciones no tienen fin. ¡Yo trabajo incluso cuando me estoy relajando!

Miyamoto:

Sí, trabajamos incluso cuando no trabajamos. (Risas)

Los dos:

(Risas)

Itoi:

A veces me pregunto por qué mi mujer no escucha lo que digo. Y luego me pregunto por qué encontró tal o tal otra cosa divertida. Y estoy tan tenso frente a ella como si estuviera frente a un millón de personas. Así que todos vosotros (dirigiéndose a los empleados de su compañía), ¡no os relajéis nunca!

Miyamoto:

(Risas)